Texto: Jesús Manuel Redondo Alba
Imágenes: Julián Rey Jiménez
Es por todos conocido el tópico de que “una imagen
vale más que mil palabras”. En relación a ello, estarán plenamente de acuerdo
con el que suscribe, lo inmensamente complicado que resulta para un carmelitano
terrenal describir con las mejores palabras algunas de las imágenes y
pictogramas de nuestra Madre y Patrona (en las múltiples e innumerables
estampas en las que se nos muestra especialmente hermosa).
Y, aunque cada una de las instantáneas de nuestra
Carmelita parece mejorar a la anterior, queridos devotos de nuestra Patrona, no
creo que haya dudas a la hora de calificar las fotografías que os adjuntamos de
María Santísima del Carmen: como un canto a la belleza, como una oda al
amanecer de los ruteños o como la representación más perfecta de la singular
expresión del rostro de nuestra Madre.
De esta manera tan alucinante luce actualmente la Patrona de Rute en el
camarín de su Santuario, preparada para la celebración del Triduo en su honor
conmemorativo del 91º Aniversario de su Patronazgo sobre nuestro pueblo. Lo que
os digo, sobran las palabras ante tan suprema magnificencia de la hermosura… La
hermosura, en definitiva, de la
Reina del Carmelo y de nuestro pueblo.
Especialmente hermoso y emocionante resulta
contemplar a nuestra Madre con el pelo recogido hacia atrás, dejando entrever
(más si cabe) la expresión facial de la Divina Gracia de
Madre Cordobesa y Ruteña que atesora, y que impregnaron a su cara las
superdotadas manos que, tocadas por el Altísimo, la tallaron. El manto de 1874
de Isidro Molina y la valiosísima mantilla de chantilly donada en su día por D.
Luis Jiménez no hacen más que enriquecer unas imágenes y fotografías a las que
poco más se les puede exigir en lo referente a hermosura, belleza, estética
visual y artística.
Ahora, sólo nos queda disfrutar y vibrar con estas
fantásticas estampas de nuestra Patrona y rezar mentalmente por nuestro pueblo,
por nuestros hermanos que más lo necesitan y están pasando dificultades, y por
aquellos que solos y enfermos, buscan el amparo de María como bastión en el que
apoyarse y seguir adelante.
Mi más sincera felicitación a esas manos camaristas
que enriquecen a nuestra Madre de esa forma que veis en la imagen, haciéndonos sentir
más cerca de Ella, y la tengamos siempre presente en nuestro corazón y en
nuestro pensamiento.
¡Disfrutad, queridos ruteños: se
llama Carmen, es la Madre
de Dios y, además, ES LA
PATRONA DE RUTE!
Poco más se puede pedir…
¡VIVA LA
MADRE DE DIOS!
¡VIVA EL CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS!
¡VIVA NUESTRA MADRE Y PATRONA!
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